Cuando escribía Craneoburlón, su tesoro y piratas en acción (el título es largo pero, qué le vamos a hacer 😏), no paraba de reírme por las aventuras tan locas por las que hacía pasar a los personajes. Vamos, que servidor era como el tal Juan Palomo, que se lo guisaba y comía él solo 😅😅😅
Pues bien, brindo con un café (ojo, sin ron) por las sonrisas, las risas y los pequeños lectores (y sus mamis y papis) que me dan una oportunidad.
¡AL ABORDAJE Y A LEER, MIS VALIENTES!
Y recordad que lo podéis encargar en la página web o en en cualquier librería.
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