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viernes, 27 de marzo de 2015

De la hoja en blanco a la ilustración: Elsa


¡Muy buenas a todos!

Hoy os traigo un nuevo proceso de realización de una de mis ilustraciones, en concreto, la de Elsa.

¿Listos? Pues... ¡vamos allá!

Muy bien, lo primero que hago es partir de una idea que, por regla general, viene cuando le da la gana o cuando estoy haciendo cualquier cosa que nada tiene que ver con dibujar. Este fue el primero boceto que estampé en la primera hoja de papel que tuve a mano. Como veis, lo hice en el único hueco que me quedaba.




Como me gustó, el siguiente paso es pasar el dibujo inicial a un papel más grueso porque, en él, usaré acuarelas. Suelo usar una mesa de luz pero, mirad por dónde, esta vez no fue así, así que repetí el dibujo en el nuevo papel y santas pascuas.





Sigo, que aún queda. Esta vez, voy a sombrear el dibujo con grises. Para ello, en ciertos detalles, uso un lápiz acuarelable de color negro, que aplico al pelo, contorno de la cara...





... Y a las rayas del vestido. No me preguntéis por qué; me gusta dibujar a la gente con ropas llenas de rayas. Por cierto, no hay que apretar mucho; solo un poquito. 





Uno de los pasos más divertidos. Con un pincel que tiene un depósito de agua incorporado, lo paso por encima de las zonas donde he aplicado el lápiz acuarelable. Como por arte de magia, verás que se convierte en acuarelas normales y corrientes (de color gris) aunque se pueda ver algo del trazo. Esto lo he querido así a propósito.




Hago lo mismo con las rayas del vestido...




... Y con el contorno de la cara, el arco de los ojos y la sombra de la nariz. ¿Veis cómo se transforma en gris? También aplico algo al vestido. Con los grises sucede lo mismo que con el chocolate: no hay que pasarse.


Ya uséis lápices acuarelables o acuarelas normales y corrientes, sigue este consejo: paciencia. Deja que las cosas se sequen porque, de lo contrario, conocerás el arte de tirar el trabajo a la papelera y empezar de nuevo. Yo me fui a tomar un café.



Para el entintado uso mi herramienta favorita, es decir, la plumilla, porque te permite trazos finos y gruesos. Esos sí, para estos últimos no hay que pasarse de bestia al apretar. Uso tinta india, que tiene un color negro muy brillante.

Una vez seca la tinta (de nuevo, paciencia), he dado esas manchas de color rojo en el fondo con un pincel muy ancho, sin orden ni concierto. A la vez uso, una herramienta tan simple como asombrosamente útil: un trocito de papel higiénico. Como lo habéis oído. De este modo, daba las pinceladas con una mano y, con la otra, las secaba. Así se consiguen dos cosas: que el fondo no sea nada uniforme y que el exceso de agua no haga una gracia. Las mejillas, sonrojadas, por supuesto, las he hecho con una pintura de color rojo.

Y este es el resultado.

¡Espero que te haya gustado!




7 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Gracias por mostrar paso a paso como has dibujado y las técnicas que has usado. El resultado final es precioso!

    ¡Saludos!

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    1. ¡Gracias, amiga!
      Un placer compartir y que lo leas😜😜😜😜😜

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    2. De nada, amigo!

      El placer es mío de poder participar.

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  2. ¡Hola, Israel!

    ¡Me ha encantado tu entrada! Siempre me he preguntado las técnicas que se usan para hacer este tipo de dibujos y gracias a ti ahora sé un poquito más :) Yo antes dibujaba, pero no sé por qué lo fui aparcando para centrarme solamente en la escritura. Tendría que ir retomando el dibujo poco a poco. ¡Una excelente entrada!

    ¡Nos leemos!

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Laura!

      Como puedes ver, una técnica muy sencillita pero ahí vamos...
      ¿También dibujas? Pues... ¡a recuperar el hábito!

      Mil gracias...

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