Esta vez he tirado de lápices y acuarelas por recordar los tiempos muy, muy lejanos…




Hay veces que, cuando escribo un personaje, tengo muy claro cómo es. Otras, por aquello de matar el tiempo, y porque tengo un rotu cerca, hago un dibujito del susodicho en plan chapucero y así mato el tiempo. Os puede parecer una tontería propia de un descerebrado pero, a veces, ayuda a conocer mejor al personaje en cuestión.
Porque hay un profesor chiflado y me divertí de lo lindo escribiendo sus diálogos y situaciones.
Porque sale un robot y adoro los robots. Sobre todo a C3-PO y R2-D2.
Porque vas a aprender que JAMÁS valores a nadie solo por lo que ves. Conoce antes de juzgar.
Porque esta historia es una buena prueba de que LA AMISTAD no entiende de edades ni razas (ya sean humanas o robóticas)
Porque muchos personajes están basados en vecinos que yo conocí cuando era pequeños.
Porque Iris Amaya captó con sus ilustraciones todo lo que yo tenía en mi cabeza llena de grillos.






