¿Qué hay de nuevo?
Hoy os traigo una nueva entrada para la sección "De la hoja en blanco a la ilustración" a la que podéis acceder desde el menú de la derecha. En esta ocasión, os voy a mostrar el proceso llevado a cabo para mi ilustración "Nuevas y muy buenas noticias" que podéis ver haciendo click en el enlace.
Muy bien, ¿listos?
Vaaale. Lo primero, la idea. La imagen de una niña subida a una montaña me vino así, porque sí. Con las ideas hay que hacer lo que con el gato: no buscarle tres pies. Si son buenas, bienvenidas sean; de lo contrario, se las ignora y punto. Lo malo es que te vengan dos o tres versiones de una misma. En la foto de abajo tenéis un ejemplo, ya que pensé que un niño saltando por el campo tampoco quedaba mal para lo que quería transmitir. Por cierto, el niñito, con esa actitud loca, me costó mucho más de lo que puedas imaginar. ¿Al final? Fundir ambas ideas en una:
Esos dos primero bocetos, que no son más que rayajos, los hice en el primer papel que tenía a mano y a un tamaño muy pequeño. Por eso, lo repetí en otro más grande. Hay que aprovechar mientras la idea está fresca.
Cuando ya viene lo serio, lo mejor es pasar ese boceto inicial a un papel de dibujo. Como voy a usar acuarela, y eso supone agua a montones, me gusta que sea un poquito grueso... sin pasarse claro. Lo calco con una mesa de luz, que es algo así como el mejor y más mágico invento que se haya creado para el ilustrador. ¿Ves qué blanquito es el papel? Visto así, el dibujo queda hasta algo soso pero no hay que preocuparse.
Vamos allá con el color. Me gusta empezar por el fondo porque, de este modo, es mejor centrase al final en el personaje. Lo que he hecho ha sido mojar tooodo el fondo con un pincel bien gordo lleno de agua. Así, sin preocuparme mucho por dónde cae y dónde no. Luego, cuando el papel parece la piscina de tu casa, mojo otro pincel igual de gordo que el anterior en acuarela y lo muevo sin orden ni concierto, en plan loco. El color se disuelve con el agua dando esas formas de nubes pero, te voy a contar un secreto (acerca la oreja): a la vez, con un trocito de papel higiénico, doy pequeños golpecitos. De ese modo, se queda esa forma de nubes. Mola el truco, ¿eh? ¡Nuca hay que subestimar las posibilidades del papel higiénico!
Que el fondo seque es muy importante porque, de lo contrario, si aplicas el color al personaje, se puede fundir y dan unas ganas de ir a Lado Oscuro que no veas. Una vez sequito, me centro en la niña. Primero, una capita de color muy suave, es decir, muy diluida en agua. Luego, el mismo color con más pintura y menos agua. Una cosa: iba a poner a la nena morena pero pensé que el pelo negro sería una especie de manchón en mitad del dibujo.
Lo mismo hago con aquí el colega saltarín.
Aquí te dejo dos detalles del proceso. ¿Ves cómo el fondo se ha secado y el efecto que hace? A mí me encanta... Por cierto, eso que ves en la montaña es pintura de color marrón.
Vamos allá con los detalles. Pesé que añadir un toque irreal al pelo de la chica quedaría muy curioso. Por eso, una vez seco el amarillo, me pues a ello.
Paso a uno de los platos fuertes que supe que iba a tener el dibujo: las letras (a fin de cuentas, es un anuncio) Para hacerlas, usé acuarela blanca. Si has arrugado la nariz al leerlo es normal; la gente cree que es algo que no existe. Agárrate que ahí va otra: es opaca. Por eso, puedo hacer las letras pintando encima del cielo. El efecto inicial queda raro porque hay que dar un par de capas.
Y aquí una de mis momentos favoritos: el entintado. Con una plumilla flexible y tinta india, me pongo manos a la obra. La plumilla permite trazos finos o gruesos, así que es una herramienta muy completa. MUY IMPORTANTE: todo el dibujo debe de estar seco, de lo contrario pppuuuuuffffff.
Las letras las he entintado con un rotulador de punta de pincel, que es otro amigo indispensable que pulula por mi escritorio. Las rayitas (me gustan las rayas) les dan cierto aire de nube... o eso me parece a mí.
¡Listos! Dibujo CASI terminado. Y, ¿por qué "casi"?
Porque, con la ayuda inestimable de un cepillo de dientes (sin usar, no seas guarrete) mojado en azul oscuro, los salpico por el fondo, que es un detalle que siempre me gusta hacer.
Y, ahora, como dicen los ingleses, THE END:
¿Te ha gustado? Yo espero que sí. A mí me ha encantado compartirlo contigo. Si esto te anima a lanzarte a dibujar o te sirve para tus propias creaciones, yo más feliz que una perdiz. Y, oye, si te apetece, escríbeme y me cuentas qué te parece.
Ah, que no se me olvide: en breve, colgaré todo este proceso en forma de vídeo con buena musiquita de fondo. ¿Te gustaría verlo?
¡Felices lecturas!
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