¡Muy buenas!
Bienvenidos al taller del profesor Torrón (sabio, inventor, profesor, buen tipo en general...) Acercaos, acercaos; así podréis oír lo que tengo que deciros.
Bien, vamos a entrar en el taller del profesor. Por favor, os ruego que no toquéis nada. Esto lo digo, sobre todo, por los niños. Ya, ya sé que vais a ver cosas muy chulas por aquí pero sed buenos. Padres y madres, esto también va por vosotros. Vamos, que se mira pero no se toca.
Bueno, vamos a ver al profesor Torrón trabajar. Si no os dice nada, o si no os mira, o si os pisa y ni siquiera os pide perdón, no se lo tengáis en cuenta; es que es un hombre que, cuando se concentra, lo hace de verdad. Una cosa: no le tiréis de la túnica para llamarle la atención, que no le gusta nada.
Por cierto, hoy estamos de enhorabuena. Con el profesor estará su joven ayudante Santiago. Más que ayudante, es su alumno y, sobre todo, amigo. Torrón le está enseñando todo lo que sabe. Yo, que conozco a Santiago, os puedo decir que, dentro de unos años, será un gran inventor. Es más, ha ayudado al profesor a crear unos inventos increíbles que han arrasado en la Feria Anual de Inventores del Reino. Mirad, este es un retrato. Lo hizo el profesor con un invento suyo que llama Retratógrafo. ¡Qué hombre tan inteligente!
Hace no hace mucho tiempo, los dos, maestro y discípulo, se embarcaron en una aventura increíble que un escritor ha publicado con el título de La máquina cambiante. Desde entonces, son muy famosos pero os voy a rogar que dejéis los autógrafos para el final. Por cierto, Santiago es muy tímido así que no lo agobiéis. Y, si el profesor, en lugar de un autógrafo, os escribe otra cosa, (a una niñita, el otro día, le escribió la receta de pollo al chilindrón) no se lo tengáis en cuenta; es que es un poquito despistado.
A ver, tú, el niño pelirrojo, dime. ¿Que de quién es el perro que se ve en el retrato! ¡Uf! Eso os lo explicaré luego. Digamos que es la mascota del profesor y Santiago. Si queréis, podéis darle de comer un trozo de pan. No os paséis que el animalito está muy rechoncho y no le vendría mal perder unos kilitos.
¿Listos? Venga, entremos sin hacer ruido. ¡Niña, por favor, no te pelees con ese otro niño!
¡Seguidme!
Felices lecturas.
Una entrada genial, Israel!! Me ha gustado mucho :D
ResponderEliminar¡Gracias, Laura!
Eliminar¡Encantado de que te guste!
Nos leemos...