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viernes, 10 de julio de 2015

De la hoja en blanco a la ilustración: La niña del sueño


¡Hola a todos!


Aquí os dejo un nuevo proceso de realización de uno de mis dibujos. 


Lo primero, como siempre, es partir de una idea. La de una niña flotando por el aire me gustó mucho. En un principio, el pelo no era así, ni mucho menos. De hecho, lo tenía largo pero, digamos, media melena. Cuando me lié con el lápiz, pensé que hacer que un pelo larguísimo que desapareciera por la parte de arriba del dibujo y volviera a parecer por la de abajo quedaría bien. Así que este es el dibujo inicial. Queda tan limpito que da hasta un poco de reparo marcharlo pero...




Después, le toca el turno a mi parte favorita: el entintado. Siempre tuve claro que, desde luego, no iba a ser una ilustración a color, si no a blanco, negro y gris, así que el pasado a tinta sería uno de los puntos fuertes. 

Ya lo dijo el maestro Yoda: "Me juzgas por mi tamaño, ¿mmm? No deberías hacerlo..." Aquí donde la veis, esta plumilla tan estrechita y diminuta es un arma considerable de cara a realizar tando líneas gruesas como muy finas. Todo el dibujo está entintado con ella. Fijaos como las líneas curvas del pelo son mas gruesas (aprieto más sin llegar a ser un bestia) y las de la cara y brazos mucho más finas (aprieto menos) Lo mismo puede aplicarse a la luna. ¡Qué gran plumilla!


Chiquita pero matona...


Aquí tenemos lo que podemos llamar "entintado principal"




Pues, ahora, el pelo. Aplico lo mismo que dije antes: trazos gruesos y finos. Este es uno de los pasos más delicados pero, también, más divertidos. Delicado porque tuve que ir con mucho cuidado, ya que el sudor de mi mano al contacto con el papel podría haber emborronado todo. Y no veáis cómo fastidia eso.




Un pequeño truco: si dibujas el pelo bajo una misma línea, el resultado queda muy artificial. Por eso, si añades unos cuantos cabellos más finos por encima de la linea principal, la cosa queda mejor. Eso sí, no hay que emocionarse porque corres el riesgo de recargar todo y cargártelo. De nuevo, citando al grandísimo Yoda: "¡Control, control!"



Una vez que he terminado con el pelo, hago lo propio con el vestido, la luna y el contorno de la cara. Otro pequeño consejo: poner rayitas es muy tentador pero no hay que pasarse porque puedes estropear el dibujo.



Segundo plato fuerte: el tono gris. Las tonalidades grises se pueden cosnseguir de muchos modos: acuarela, tinta diluida en agua, témpera negra mezclada con blanca... Yo he utilizado esto:





¿Es una pintura? No, pero sí. Sí, pero no. Es una pintura acuarelable, es decir, puedes colorear con ella, como con una normal, y luego, si pasas un pincel por encima, el negro se convierte en gris. Algo muy simple, pero no veas cómo mola. En las zonas oscuras apreté un poco más y en las más claras, menos.  En lugar de pincel normal y corriente, utilicé uno que tiene un depósito de agua para controlar el tono de gris. Así de sencillo. 

Y este es el resultado final:




¡Espero que os haya gustado!

Felices lecturas.


4 comentarios:

  1. ¡Una ilustración preciosa! Siempre es un placer descubrir a tus criaturas ;-)

    ¡Nos leemos!

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