De musas y frikismos

Pues sí.

Siempre he pensado que, para escribir, a veces no hay nada mejor que una buena musa. O musas. Y estos tres amigos, pues qué os voy a decir, ayudan lo suyo a la hora de coger el boli 😝😝😝😝

Y es que se suele decir que esto de escribir es un proceso muy, pero que muy solitario. Y es una gran verdad. Ahora bien, eso no quiere decir que no me busque mis musas (vale, no queda bien repetir tanto la palabrita pero, qué le voy a hacer) por aquello de una buena inspiración. No sé vosotros pero, entre trabajar en una mesa vacía y triste y tener a estos tres tipos delante, yo prefiero lo segundo. Llamadme friki, que lo soy.

Pero no solo de ver vive el hombre (léase servidor), si no, también, de escuchar. Y es que, mientras deslizaba a toda velocidad (demasiada. Así pasa luego 😓😓😓) el boli, de fondo estaba escuchando una música relajadita para ayudarme aún más. Nada menos que la banda sonora de una de mis películas favoritas, Indiana Jones y la última Cruzada. Bueno, lo de relajadita, a veces, es un decir pero John Williams es John Williams y punto pelota.

Así que, claro, con Superman, Batman y Hulk por un lado, e Indy por otro, es bastante más fácil que las cosas salgan. 

Y también es condenadamente sencillo que, a veces (ejem), la mano se me vaya para jugar un poco con los muñecos o que me recueste (o me levante) para gozar con esa música tan alucinante que me hace ver de nuevo en mi cabeza aquella escena en la que Indy demuestra que es el mejor. Y, cosa curiosa, eso me hace volver a la mesa, aferrar el boli de nuevo, y darle duro al nuevo capítulo.

Ay, musas, qué grandes sois, por Yoda…