Hoy tengo el placer de presentaros un sitio fantástico: la librería Turuletras.
Y, ¿por qué digo esto? Por una razón muy sencilla:
¡ES UNA LIBRERÍA DEDICADA A NIÑOS Y JÓVENES LECTORES!
Podréis encontrar toneladas de libros. ¡De todas clases y para todas las edades! Por supuesto, también hay montones de álbumes para que los más peques se aficionen a la lectura. Pero...
¡Aún hay más!
Y es que, además, ofrecen cuentacuentos, talleres y actividades chulísimas que, estoy seguro, os van a encantar.
Pues bien, Turuletras, a partir de ahora, tiene un nuevo inquilino:
¡Sí! Tengo el honor decir que mi novela El misterio de la fórmula robada ya forma parte de su catálogo.
Muchas gracias a Marina y a su equipo por tenerme en cuenta y darme esta oportunidad. Estoy seguro que, muy prontito, trabajaremos juntos...
¿A qué estáis esperando? ¡A conocer Turuletras! ¡Fijo que repetiréis un montón de veces!
Hoy empiezo el día con un notición: ¡una crítica muy entusiasta de La máquina cambiante!
Sí, amigos. Las aventuras y correrías variadas del profesor Torrón, Escorbuto y compañía han sido reseñadas, y de manera muy positiva, por el blog Entrenubesespeciales, al que podéis acceder haciendo click en el siguiente enlace. ¡Preparaos para toneladas de contenidos muy interesantes que os van a encantar!
Aquí os dejo algunos extractos. Ojo, poquitos, que lo mejor es que lo leáis "en directo" Ahí van:
«...Las ocurrencias y peripecias de los personajes son geniales y nos han hecho soltar alguna que otra carcajada...»
«...Un libro repleto de humor y con alguna que otra sorpresita...»
«...Una historia que engancha y que no puedes dejar de leer hasta descubrir que pasa realmente...»
Hay más, claro, pero os invito a leerlo en Entrenubesespeciales. Ahí podréis conocer no solo mi libro, sino muchos otros que, estoy seguro, os van a interesar.
Y, cómo no, desde aquí, mi más sincero agradecimiento a Paola Bolívar por leerme, por sus palabras (que me han hecho volar) y por hacerme un hueco en su fantástico espacio.
Podéis acceder a loa reseña haciendo click en la portada del libro:
Hoy voy a mostraros cómo realicé una de mis ilustraciones dedicada a uno de mis artistas favoritos: Paul McCartney.
Se trata de una ilustración muy simple realizada de manera muy sencilla. Los pasos ha sido los siguientes. ¡Allá voy!
Para empezar, tenía muy claro que no quería un retrato realista, sino uno mucho más caricaturesco. El amigo Paul tiene uno de esos rostros fáciles de dibujar y más aún de caricaturizar, así que no fue problema. Por ello, después de un par de garabatos rápidos a lápiz, escogí un papel de acuarela de granaje muy grueso y me puse manos a la obra.
Si os fijáis, el grano del papel se nota a la perfeción, lo cual es un efecto que me gusta mucho. Para el lápiz, un HB, ni duro ni blando. En esta fase, cuanto más limpio esté el dibujo y menos rayas haya, mejor. Como dije antes, nada de realismo; en la cara y las manos se ve esto.
El resto del cuerpo. Repito: líneas claras y directas. ¿veis? Nadie diría que esos botines son muy reales pero yo quiero ese efecto. Por cierto, el bajo que toca es de la marca Hofner (él lo hizo famoso) y, para dibujarlo, sí tuve que buscar fotos. A veces hay que documentarse si se quieren hacer las cosas bien.
Y he aquí el lápiz final. Da gusto de lo limpio que queda.
Paso a las acuarelas. La primera capa con mucha agua y poco color. De este modo, tengo la base. Las sombras son el mismo color con menos agua. ¿Se ve el lápiz? Sí, ¿y qué? No hay que pasarse con lo detalles; de hecho, la camisa es lo único en lo que he puesto más de un color. En este paso es cuestión de definir el dibujo. Por cierto, el fondo rosa lo improvisé.
Y lo mismo puedo decir del pantalón y la guitarra. El azul claro y oscuro del vaquero es el mismo color: con mucha agua y con poca. El bajo fue más delicado porque ciertos colores se funden.
Aquí veis el pantalón de mejor forma. Lo mismo que los botines: mismo color con más o menos agua.
Paso a mi parte favorita: el entintado. Con una plumilla flexible y tinta India, me pongo a ello. La tinta India es muy negra y brillante. Para mí, ideal. ¿Veis el borde del pelo más grueso? Ese trazado se consigue apretando la plumilla... sin emocionarse, que se puede romper. Es la gracia (una de muchas) que tiene entintar con una plumilla. Los toques blanco están hechos con tiza. El dibujo, poco a poco, cobra vida.
Aquí un detalle de la guitarra. Ojo si tenéis que entintar cuerdas de guitarra. Yo he utilizado un rotulador, por aquello de evitar sustos. El borde blanco del bajo es acuarela blanca, que es opaca.
Y tenemos el dibujo casi terminado. Las acuarelas están secas, la tinta también pero... ¿por qué "casi"? Porque le falta algo y os digo lo que es: el fondo está muy blanco. Le falta chispa, algo que llame la atención.
Nada. Con la ayuda de mi amigo el programa Photoshop, trazo esos picos y coloreo el fondo negro. Así dice otra cosa, como si el dibujo quisiera salir del papel. Por cierto, ¿veis el fondo rosado que parece que tiene unas motitas? Eso lo hice con una esponja.
Y este es el resultado final.
¿Qué tal? ¿Os ha gustado? Yo espero que sí. Además, de remate, os dejo el vídeo que podéis ver en el canal de YouTube, que se llama El rincón del garabato: