Pues ni uno, ni dos, ni tres regalos. Fueron cuatro: oro, incienso y mirra que le regalaron Sus Majestades de Oriente... ¿Y el cuarto? Nada menos que un cuento para que la Mamá y el Papá se lo leyeran al Niño cuando estuviera, calentito y no llorase (los pesebres son algo fríos; es lo que tienen) y pudiera estar entretenido. ¿Qué quién le hizo ese cuarto regalo? ¡Los pastorcillos, claro! Porque todo el mundo sabe que ellos, mientras cuidan las ovejas, leen mucho para que el tiempo pase más rápido.
Felices Fiestas y que 2014 os traiga mucha salud, cosas buenas y montones de libros para disfrutar, compartir, emocionarse y reír.
Felices fiestas para ti también, Israel.
ResponderEliminarEl 'minicuento' me ha gustado mucho, y la ilustración es muy entrañable. El libro, un personaje más dentro del pesebre. ;)
¡Nos leemos!
Saludos!!
Gracias, Mari Carmen.
EliminarLa verdad es que estas fechas me encantan y dibujar o escribir algo acerca de ellas es una pequeña gozada personal
¡A disfrutar y nos leemos!