Pues el caso es que, después de celebrar Halloween, he conocido tipos muy interesantes y curiosos. Uno de ellos es este vampiro, al que le encantan que le hagan fotos y retratos. Y es que se puede ser vampiro y, también presumido y chupacámaras. Eso sí, esa sonrisa no deja de ser... intrigante.
¡Felices garabatos
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