¡Hola!
Seguro que has oído un montón de historias con gigantes como protagonistas, ¿verdad? Pues estoy seguro de que no habrás conocido uno como el que voy a presentarte hoy.
Imagina que la protagonista, Sofía, se asoma una noche a la ventana (es lo que tiene dormir en un orfanato inmundo) durante la hora mágica y ve un gigante de orejas enormes con una gran trompeta y una maleta. Lo lógico es que el gigante se la lleve y...
Seguro que has oído un montón de historias con gigantes como protagonistas, ¿verdad? Pues estoy seguro de que no habrás conocido uno como el que voy a presentarte hoy.
Imagina que la protagonista, Sofía, se asoma una noche a la ventana (es lo que tiene dormir en un orfanato inmundo) durante la hora mágica y ve un gigante de orejas enormes con una gran trompeta y una maleta. Lo lógico es que el gigante se la lleve y...
... Ahí comience esta maravillosa historia obra, gracia y fruto de la pluma de Roald Dahl. Y es que si este comienzo te parece increíble espera a leer lo que viene después porque no tiene precio. De la mano de Sofía y El Gran Gigante Bonachón vamos a aprender un montón de cosas de los gingantes, digo... gigantes. Por ejemplo, que los hay que comen gente por la noche y son malos, desaprensivos y asquerosos. Nuestro amigo protagonista no hace eso, sino que come pepinásperos (que no te recomiendo) y bebe gasipum, una bebida cuyas burbujas van hacia abajo y hace que te tires unos popotraques tremendos. Ah, una cosa más. ¿Recuerdas que dije que Bonachón tiene unas orejas enormes? Pues las usa para escuchar sueños bonitos para regalarlos luego a los niños mientras duermen. Vamos, que Bonachón es un buen tipo.
Pero, ¿qué pasaría si Sofía y su gigantesco amigo se proponen detener a los otros gigantes para evitar que coman más humanos? Bueno, para eso, hay que ir a ver a la reina de Inglaterra y...
... Ya no digo más porque es una historia y, en definitiva, un libro que hay que leer para creer. Roald Dahl nos lleva de la mano sin problemas a través de las páginas de esta novela con la maestría habitual. Y es que leer la historia de un gigante que usa sus orejas para detectar sueños bonitos y con ellos llenar los sueños de los niños es, como poco, algo mágico. ¡Por algo el señor Dahl es un mago de las palabras!
Si puedes, no lo dudes: ¡léelo y disfruta!
Felices lecturas.
Madre mia... Contigo se me acumulan las lecturas!!
ResponderEliminar¡¡Eso tiene fácil solución jejejejeje!!
EliminarSí: que llegue el verano para tener tiempo de hincharme a leer. Jejeje
Eliminar¡Pues a por ello!😜😜😜
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