¡Muy buenas!
Hoy os traigo este retrato de un amigo mío que conocí cuando fui a la Selva Misteriosa.
La verdad es que es un amiguito muy peculiar porque, a ver, no es que sepa escribir o las tablas de multiplicar, pero es capaz de hablar con los leones, jugar en el agua con los hipopótamos o columpiarse de un árbol a otro usando lianas con una facilidad pasmosa. ¿Que hay que pasar una mañana con los cocodrilos? Pues la pasa... ¡y hasta chapotea con ellos y les lanza ramas! Mira al cielo y sabe si va a llover o si va a hacer calor y, cuando te invita a comer, te sirve un huevo de avestruz frito con patatas. Además, tiene una amiga mona que es muy juguetona y que se llama Chita.
Nada, voy a ver si, para el próximo puente, le hago otra visita...
Tarzán
Autor: Israel Campos.
Técnica: Acrílico, lápices de colores y pastel.
¡Felices garabatos!
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