¡Hola!
Las abuelitas, en los libros para niños, suelen ser personajes encantadores, ¿verdad? Son adorables, amables, candorosas y simpáticas a más no poder...
¡Pues NO!
No ocurre así en el libro que te traigo hoy. De hecho, la abuela que vas a conocer en sus páginas es asquerosa, maleducada, desagradable, odiosa y, para colmo, dice que come gusanos y bichos. Por eso, odia a su nieto Jorge, el verdadero protagonista de esta historia. Pero, además, la anciana toma una medicina cuatro veces al día. Y es aquí donde Jorge, harto de ella, decide hacer su propia medicina para ver si la convierte en mejor persona. Los ingredientes que utiliza no pueden ser más variados: champú, pasta de dientes, laca, espuma de afeitar, antipulgas, mostaza, curry, píldoras para caballos, anticongelante, semillas para canarios... y un montón de cosas más que, hervidas y con su buena dosis de pintura marrón, tendrán unos efectos increíbles. ¿Qué crees tú que le puede suceder a una vieja desagradable como la abuela de Jorge cuando se toma semejante mejunje? Pues ahí está la gracia, porque, estoy seguro, no te lo puedes ni imaginar. Eso sí, lo efectos son tan espectaculares que su padre no duda en pedirle que repita su maravillosa medicina para...
Nada, te lo lees y me cuentas.
La maravillosa medicina de Jorge no puede tener otro autor que Roald Dahl, el genio que ya nos regaló, entre otras, Charlie y la fábrica de chocolate, El dedo mágico o Las brujas. La edición que yo he leído está ilustrada por el no menos genial Quentin Blake y, juntos, hacen que esta novelita sea una obra maestra desde que empieza hasta que acaba. Hablando de acabar; los finales de Dahl me parecen, como poco, sublimes.
¿A qué esperas? Te invito a leer este libro. ¡Es una maravillosa medicina contra el aburrimiento!
¡Felices lecturas!
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