Y he aquí un fragmento del famoso cuento.
Presta atención, que yo no miento.
Pues, cuando el príncipe enamorado
mandó a su criado a probar el zapato de cristal por todos lados,
lo intentó con dos hermanas,
que eran feas como ranas.
A una se lo probó con ahínco,
pero fue imposible; tenía un cuarenta y cinco.
Y con la otra fue peor.
¡Todo un horror!
Pues, cuando se descalzó,
el infierno se desató.
Porque un tufo nauseabundo,
furibundo y tremebundo,
dejó al criado del rey moribundo.
¡Qué peste de pie!
El criado, casi desmayado por el tufo desatado,
regresó al castillo,
mareado y asqueado.
Y, ahora está en la cama enfermito,
a sopitas y buen vino.
Y, colorín, colorado,
con pie atufado,
este cuento ha terminado.
¡Que bueno! Casi me cojo la cuerda de saltar y me pongo a ello canturreando tu cuento. ¡¡¡¡Está guapo !!!!:-) :-)
ResponderEliminarMenos mal que... ¿quién era? ¿Cenicienta?... No le olían los "pieses" :-)
Un beso.
¡Holaaaaaa!
EliminarYa sabes, las hermanastras eran muy antipáticas y, a esta, encima, le cantan lon pies que no veas. Si es que tienen de todo jejejejejeje.
¡Muuuuchas gracias pro tus palabras!
¡Nos leemos!
Este cuento me ha,recordado a nuestra "Caperuzita Perversa".
ResponderEliminarGracias por compartirlo
Un beso